Poesía y street art en Polignano

Un itinerario entre poesía y street art en Polignano a Mare, donde las paredes cuentan historias y emociones, invitando a profundas reflexiones.

Poesía y street art en Polignano

Pasear por el centro histórico de Polignano a Mare es como hojear un libro al aire libre. Entre callejones blancos, vistas al mar y antiguas casas de piedra, surgen de repente frases poéticas escritas en las paredes, versos que tocan el corazón, acompañados de pequeñas obras de street art que añaden color y reflexión al tejido urbano. Este itinerario literario-artístico cuenta el alma profunda de la ciudad e invita a descubrir un rostro más íntimo de Polignano.

En el corazón del casco antiguo, en puertas, escaleras y arcos, se leen versos de poesía en italiano, inglés, francés, e incluso en latín. La mayoría de estas frases están firmadas por “Guido el Flâneur”, seudónimo de un artista local que, desde 2010, ha comenzado a escribir con un marcador negro citas, reflexiones y versos propios. El término “flâneur” evoca al paseante urbano que observa el mundo con ojos poéticos. Y de hecho, Guido, con su caligrafía ordenada y la elección de los lugares, ha transformado simples muros en mensajes de belleza cotidiana.

Muchos de los mensajes escritos en las paredes parecen dirigirse directamente al visitante, casi como si la ciudad quisiera hablarte. “Quien lee sabe volar”, “El alma no tiene arrugas”, “Eres lo que amas, no lo que te han hecho”. Son frases breves, intensas, capaces de detener el paso y hacer reflexionar. Algunas son románticas, otras irónicas, otras filosóficas. Muchos turistas las fotografían, las comparten, las buscan como en una caza del tesoro. Algunas se encuentran en la vía Roma, vía Mulini, vía Porto, otras escondidas entre escalones y puertas, como pequeñas gemas por descubrir.

Estos escritos no son vandalismo, sino un raro ejemplo de street poetry que ha sido acogido y respetado por la comunidad. Los residentes las consideran parte de la identidad ciudadana. Algunas frases se han vuelto célebres entre los propios habitantes, y sucede que se citan incluso en las escuelas o en los relatos de las guías turísticas. Polignano, que ha dado a luz al gran Domenico Modugno, tiene una larga tradición artística y musical, y la poesía en las paredes se inserta con naturalidad en este contexto, contribuyendo a la narrativa contemporánea de la ciudad.

Además de los escritos, Polignano también alberga algunas obras de street art visual, aunque menos difundidas en comparación con otras ciudades. Se pueden encontrar murales discretos e intervenciones gráficas cerca de la escalera Arco Marchesale o a lo largo de las calles que conducen al mar. No se trata de grafitis invasivos, sino de obras pequeñas y poéticas, a menudo realizadas por artistas locales o de paso, en sintonía con el entorno.

Un buen punto de partida para este itinerario es la plaza Vittorio Emanuele II, para luego adentrarse entre las calles del centro histórico: la vía Roma, con sus rincones sugerentes, conduce al Belvedere Santo Stefano, donde a menudo se encuentran escritos en escaleras y barandillas. Continuando hacia la vía Mulini, se encuentran otras frases, y luego en la vía Porto, junto a los bastiones que dan al Adriático, otras más. Recomendamos caminar lentamente, levantando la vista, observando detalles: algunos escritos son minúsculos y cercanos al suelo, otros bien visibles.

El recorrido literario-artístico es accesible en cualquier estación. En verano, entre los turistas, se crea una especie de “caza del verso más bello”. En invierno, en cambio, el silencio hace que el descubrimiento sea aún más intenso. No se necesitan boletos ni guías: basta con caminar y dejarse sorprender. En una época en la que se buscan cada vez más experiencias auténticas, la poesía en las paredes de Polignano ofrece una mirada diferente, más íntima y humana. Es una forma de arte que no se compra ni se consume, sino que se encuentra por casualidad, y a menudo se lleva dentro durante mucho tiempo. Polignano, entre el ruido de las olas y el silencio de sus palabras escritas, invita a ralentizarse, observar y sentir. Una invitación que, hoy más que nunca, vale la pena escuchar.