Locorotondo: joya blanca de Puglia
Locorotondo es un encantador pueblo pugliese, famoso por sus casas blancas y su rica historia. Reconocido por su hospitalidad de calidad, ofrece una experiencia auténtica en el corazón del Valle d'Itria.

Locorotondo es un encantador pueblo situado en el corazón del Valle d'Itria, en Puglia. Este lugar es famoso por sus casas blancas, que se destacan contra el azul del cielo y el verde de las colinas circundantes. Las calles estrechas y empedradas, hechas con las típicas chianche de piedra, invitan a pasear y descubrir rincones ocultos. Cada callejón cuenta una historia, y cada patio es un pequeño rincón de paraíso.
Las cummerse, las viviendas tradicionales, son fácilmente reconocibles gracias a sus techos inclinados de losas de piedra caliza. Muchas de estas casas han sido restauradas y transformadas en acogedoras estructuras de alojamiento, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de vivir una experiencia auténtica. Aquí, el tiempo parece haberse detenido, y cada detalle es cuidado con amor y atención.
Locorotondo ha sido galardonado con la Bandera Naranja del Touring Club Italiano, un reconocimiento que premia a los pueblos que ofrecen una hospitalidad de calidad y promueven un turismo sostenible. Esta marca es un signo de garantía para los visitantes, que pueden estar seguros de encontrar un ambiente acogedor y rico en historia.
Los orígenes de Locorotondo se remontan al siglo XII, cuando el pueblo era una posesión del monasterio benedictino de Santo Stefano. A lo largo de los siglos, el país ha visto diversas dominaciones, desde las familias nobiliarias hasta los angevinos, que han contribuido a moldear su identidad. En 1556, Locorotondo obtuvo la autonomía municipal, marcando el inicio de un período de crecimiento y estabilidad.
Para llegar a Locorotondo, hay varias opciones. En coche, el pueblo es fácilmente accesible, a unos 37 km de la salida de la autopista de Massafra, a lo largo de la A14 Bolonia-Taranto. Las carreteras estatales SS604 y SS172dir conectan Locorotondo con otros lugares famosos como Alberobello y Martina Franca. También el tren es una opción válida, con la línea ferroviaria Bari-Martina Franca-Taranto que ofrece una parada justo en el pueblo.
Entre las principales atracciones de Locorotondo, destaca la Iglesia Madre de San Jorge, construida entre 1790 y 1825. Su fachada neoclásica está adornada con un relieve que representa a San Jorge matando al dragón. El campanario, de 47 metros de altura, y la cúpula interior, que alcanza los 35 metros, son elementos que capturan la atención de cada visitante.
Otra iglesia digna de mención es la de la Addolorata, situada cerca de la antigua muralla. Este lugar de culto fue construido donde una vez se erguía un castillo. En su interior, las decoraciones al temple y las estatuas de madera crean una atmósfera sugestiva y contemplativa.
La Torre del Reloj, construida en el siglo XVIII, es otro símbolo del pueblo. En su momento albergó la antigua Universidad, y el reloj que la decora proviene del campanario de la Iglesia Madre. Paseando por la Plaza Vittorio Emanuele, se pueden admirar los dos grandes pilares que marcan la entrada a la plaza principal, donde se encuentran el palacete del Ayuntamiento y el palacio Morelli, un hermoso ejemplo de arquitectura barroca.
No te pierdas la terraza panorámica, que ofrece una vista impresionante del Valle d'Itria. En días despejados, es posible vislumbrar los pueblos cercanos de Martina Franca y Cisternino, convirtiendo este lugar en ideal para tomar fotografías inolvidables.
Finalmente, pasear por Locorotondo significa sumergirse en una atmósfera de tranquilidad, rodeado de detalles cuidados y del aroma de las flores. Los restaurantes locales ofrecen platos típicos de la cocina pugliese, y en verano el pueblo cobra vida con eventos culturales, conciertos y degustaciones de vino Locorotondo DOC, un blanco seco producido con uvas locales.