Las tejas valdostanas, un dulce tradicional irresistible

Las tejas valdostanas son galletas tradicionales del Valle de Aosta, crujientes y aromáticas, perfectas para disfrutar con crema de Cogne.

Las tejas valdostanas, un dulce tradicional irresistible

¿Qué son las tejas valdostanas?

Las tejas valdostanas son galletas delgadas, crujientes e irresistiblemente aromáticas, preparadas con almendras y avellanas. Originarias del Valle de Aosta, estas delicias son un símbolo de la pastelería tradicional local y conquistan a todos por su simplicidad y sabor. Su nombre proviene de la forma curva que recuerda a las tejas de los techos de las casas de montaña, de las cuales se inspiran.

¿Por qué son tan famosas las tejas valdostanas?

Cualquiera que haya visitado el Valle de Aosta seguramente las ha probado. Se encuentran en todas las pastelerías, en las tiendas de productos típicos e incluso en los refugios de montaña. Son perfectas para disfrutar solas o acompañadas de una crema de Cogne, una crema dulce a base de yemas y chocolate típica de la región. Esta combinación es un verdadero triunfo de sabores valdostanos.

¿Cuáles son los ingredientes de las tejas valdostanas?

La receta tradicional de las tejas valdostanas es simple y genuina. Para aproximadamente 25 galletas se necesitan: 100 g de almendras, 100 g de avellanas, 200 g de azúcar, 50 g de mantequilla derretida, 60 g de harina 00 y 3 claras de huevo. Algunos también añaden un sobre de vainillina o la cáscara de limón para aromatizar la masa, pero la versión clásica sigue siendo la que solo lleva frutos secos y azúcar.

¿Por qué se llaman tejas?

Las tejas deben su nombre a la forma que adquieren después de la cocción: ligeramente curvas, como las tejas de los techos valdostanos. Este efecto se logra dejando enfriar las galletas recién horneadas sobre un rodillo o sobre una botella, de manera que tomen la típica curvatura.

¿Cómo se preparan las tejas valdostanas paso a paso?

La preparación es simple pero requiere precisión: 1. Triturar juntas las almendras, avellanas y azúcar hasta obtener un polvo fino y homogéneo. 2. Añadir la mantequilla derretida y la harina, luego triturar nuevamente para mezclar bien todo. 3. En otro bol, montar las claras a punto de nieve hasta obtener una consistencia firme pero no demasiado rígida. 4. Incorporar las claras a la mezcla de frutos secos con movimientos delicados de abajo hacia arriba, para no desinflarlas. 5. El resultado debe ser una masa fluida, que caiga en cinta de la cuchara. 6. Forrar una bandeja con papel de horno y verter media cucharada de masa por cada galleta. Con el dorso de la cuchara, extender ligeramente la mezcla hasta obtener un círculo muy delgado, casi transparente. Es importante dejar espacio entre una galleta y otra porque al hornearse se expanden. 7. Hornear en horno estático a 180°C durante unos 10-11 minutos, hasta que los bordes se vuelvan dorados. 8. Sacar del horno y, si se desea obtener la típica curvatura, colocar inmediatamente las tejas aún calientes sobre un rodillo.

¿Cuál es el secreto para obtener tejas perfectas?

El truco está en el grosor de la masa: debe ser delgada, casi transparente. Si las tejas son demasiado gruesas, perderán su crujiente. Además, es importante no cocinarlas demasiado tiempo: bastan unos minutos para obtener el color dorado ideal. Si se doran demasiado, se vuelven amargas.

¿Puedo personalizar la receta de las tejas valdostanas?

¡Sí! Aunque es una receta tradicional, se pueden crear variantes deliciosas: Con chocolate negro: una vez cocidas y enfriadas, sumergir la mitad de la galleta en chocolate derretido y dejar solidificar. Con trocitos de avellana: espolvorear un poco de trocitos sobre la masa antes de hornear. Con especias: añadir una pizca de canela o vainilla para un aroma más intenso.

¿Con qué se combinan las tejas valdostanas?

Las tejas combinan perfectamente con: Café o té caliente, Vinos dulces de postre, como el Moscato o el Vallée d’Aoste Chambave Muscat, Crema de Cogne, la crema de chocolate y nata típica del Valle de Aosta, Helado o nata montada, para una versión veraniega.

¿Qué es la crema de Cogne?

La crema de Cogne es una especialidad valdostana preparada con yemas, nata, azúcar y chocolate negro. Tiene una consistencia aterciopelada y un sabor intenso. Es perfecta para acompañar las tejas y representa una forma deliciosa de reciclar las yemas sobrantes, ya que la receta de las tejas utiliza solo las claras.

¿Por qué las tejas se consideran un dulce de aprovechamiento?

Las tejas nacen como receta de aprovechamiento: en el pasado, las familias valdostanas las preparaban cuando sobraban claras, tal vez después de hacer cremas u otros dulces a base de yemas. De esta manera, nada se desperdiciaba. Aún hoy, son una solución perfecta para utilizar las claras restantes de manera deliciosa.

¿Cuál es la historia de las tejas valdostanas?

Las tejas fueron inventadas en los años cincuenta por una familia de pasteleros de Aosta, los Maison Boch, que se inspiraron en las galletas francesas tuiles aux amandes. En poco tiempo, la receta se difundió por toda la región, convirtiéndose en un símbolo de la dulzura valdostana. Hoy en día, las tejas se venden en elegantes envases y representan uno de los souvenirs gastronómicos más queridos por los turistas.

¿Cómo se conservan las tejas valdostanas?

Las tejas deben conservarse en un tarro de lata o de vidrio con cierre hermético, lejos de fuentes de humedad. Se mantienen crujientes durante aproximadamente dos semanas. Si pierden crujiente, basta con calentarlas durante unos minutos en el horno a 150°C para que vuelvan a ser fragantes.

¿Existen versiones industriales de las tejas valdostanas?

Sí, hoy en día muchas empresas valdostanas producen tejas envasadas, incluso en versiones de chocolate o miel. Sin embargo, las más sabrosas siguen siendo las caseras, que desprenden un aroma inconfundible de frutos secos tostados y mantequilla.

¿Son las tejas valdostanas adecuadas para los turistas?

¡Absolutamente sí! Son perfectas para llevar a casa como recuerdo gastronómico del Valle de Aosta o para regalar. Ligeras, crujientes y refinadas, representan un dulce bocado de los Alpes. A los turistas les encantan porque son simples pero elegantes, fáciles de conservar e ideales para disfrutar en cualquier momento del día.

¿Cuál es el valor simbólico de las tejas en la cultura valdostana?

Las tejas encierran el espíritu de la pastelería de montaña: simplicidad, tradición y uso inteligente de los ingredientes. Son un dulce que une el sabor de las almendras y las avellanas, productos comunes también en los valles piemonteses cercanos, con la creatividad artesanal valdostana. Cada galleta cuenta una historia de familia, de trabajo y de dulzura compartida.

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