La llegada del cuadro de San Nicolás

La llegada del cuadro de San Nicolás al Molo Sant'Antonio es un evento que une lo sagrado y lo profano, celebrando la tradición baresi con una procesión marítima y festividades gastronómicas.

La llegada del cuadro de San Nicolás

La primavera en Bari trae consigo no solo el aroma del mar Adriático y los días que se alargan, sino también uno de los eventos más sentidos por los baresi: la llegada del cuadro de San Nicolás al Molo Sant'Antonio. Cada año, durante el mes de mayo, esta ceremonia transforma el paseo marítimo de la ciudad pugliese en un escenario de fe y tradición. El evento se inserta perfectamente en las celebraciones dedicadas al santo patrón de Bari, figura amada y venerada más allá de las fronteras italianas.

San Nicolás no nació en Italia, pero su historia está profundamente entrelazada con la de Bari. En 1087, un grupo de marineros baresi robó las reliquias del santo de Myra (en la actual Turquía) para llevarlas a su ciudad. Esta transferencia, conocida como "traslación", se celebra aún hoy con gran participación. El cuadro que representa al santo, objeto de la ceremonia en el Molo Sant'Antonio, es una representación del siglo XVIII que retrata a San Nicolás con sus atributos típicos: los vestimentas episcopales y las tres esferas de oro, símbolo de su generosidad.

La llegada de la efigie al muelle es un momento que une lo sagrado y lo profano. El cuadro es transportado por mar, en una embarcación decorada con flores y telas de colores. Decenas de barcos lo acompañan en una procesión marítima que crea un espectáculo sugestivo sobre el azul del Adriático. Cuando la embarcación principal se acerca al Molo Sant'Antonio, una multitud de fieles y curiosos espera con expectación. El momento del desembarco es saludado con aplausos, cantos tradicionales y, a menudo, con el lanzamiento de pétalos de rosa al aire.

Lo que impresiona de esta celebración es la atmósfera que se respira en el paseo marítimo baresi. Familias enteras, desde los abuelos hasta los niños, participan con entusiasmo. Los más ancianos cuentan a los jóvenes historias y anécdotas relacionadas con el santo, transmitiendo así una tradición centenaria. El aroma del mar se mezcla con el de las especialidades gastronómicas locales vendidas en los puestos dispuestos para la ocasión. Focaccias, sgagliozze (polenta frita) y popizze (buñuelos) acompañan las festividades, ofreciendo a los visitantes un sabor de la rica cultura culinaria pugliese.

Para quienes visitan Bari en mayo, asistir a la llegada del cuadro de San Nicolás representa una oportunidad única para sumergirse en la cultura local. No se trata solo de observar una ceremonia religiosa, sino de participar en un momento en el que la comunidad baresi reafirma su identidad. Los colores vivos de las decoraciones, los sonidos de las bandas musicales que acompañan el evento y el fervor de la multitud crean una atmósfera que difícilmente se olvida.

La ceremonia suele llevarse a cabo en la primera mitad de mayo, en coincidencia con las celebraciones por la fiesta de San Nicolás (7-9 de mayo). Para disfrutar mejor del espectáculo, se recomienda llegar al Molo Sant'Antonio con un poco de antelación y asegurarse un lugar en primera fila. Ropa cómoda y una botella de agua son recomendadas, especialmente en los días más cálidos. La ceremonia dura aproximadamente una hora, pero las festividades continúan durante toda la tarde en el centro histórico.

Después de haber asistido a la llegada del cuadro, vale la pena explorar el barrio de Bari Vecchia, con sus callejones estrechos y las damas que preparan orecchiette frescas frente a las puertas de sus casas. Una visita a la Basílica de San Nicolás, donde se conservan las reliquias del santo, completa perfectamente la experiencia. Esta imponente iglesia románica representa el corazón espiritual de la ciudad y merece ser visitada con calma, admirando sus tesoros artísticos. La llegada del cuadro de San Nicolás al Molo Sant'Antonio no es solo un evento religioso, sino una ventana al verdadero alma de Bari: una ciudad que sabe preservar sus tradiciones mientras mira hacia el futuro, acogiendo con calidez a los visitantes que desean descubrir su riqueza cultural.