La Catedral de San Sabino
La Catedral de San Sabino es una obra maestra de la arquitectura románica pugliese, situada en el corazón de Bari Vecchia, con una rica historia y una atmósfera de gran espiritualidad.

En el corazón de Bari Vecchia, la Catedral de San Sabino se erige como un monumento de extraordinaria belleza y significado histórico. Construida entre los siglos XII y XIII, la catedral está dedicada a San Sabino, el obispo de Canosa, cuyas reliquias se custodian en la cripta. Su construcción se llevó a cabo sobre los restos de una iglesia bizantina destruida en 1156, un evento que marcó profundamente la historia de la ciudad. El obispo Rainaldo, deseoso de crear un edificio que pudiera competir con la Basílica de San Nicolás, inició la realización de esta joya arquitectónica.
La fachada de la catedral se caracteriza por un diseño simple pero imponente, con tres portales que corresponden a las naves internas. El portal central está adornado con decoraciones que revelan influencias orientales, una clara señal de los lazos históricos de Bari con Bizancio. El rosetón central es una verdadera obra maestra, compuesta por 18 columnas que forman un entramado circular de rara elegancia. Junto a la catedral, el campanario se eleva a 40 metros, convirtiéndose en uno de los puntos más altos del centro histórico de Bari.
Al entrar en la catedral, se es recibido por una atmósfera de paz y recogimiento. El interior está dividido en tres naves, sostenidas por columnas con capiteles finamente decorados. La nave central alberga un magnífico pavimento de mosaico, realizado entre 1165 y 1178, que ofrece un espectáculo visual extraordinario. El presbiterio está enriquecido por una cátedra episcopal de piedra del siglo XII, símbolo de la autoridad eclesiástica. La cripta, además de custodiar las reliquias de San Sabino, alberga un antigua icono bizantino de la Virgen Odegitria, patrona de Bari junto a San Nicolás.
Otro tesoro de la catedral es el museo, que conserva ornamentos sagrados, objetos litúrgicos y documentos históricos de gran valor. Visitar la Catedral de San Sabino significa sumergirse en una experiencia auténtica del arte románico pugliese, caracterizada por líneas simples pero armoniosas. Este lugar representa un perfecto ejemplo de la fusión entre influencias occidentales y orientales, que ha marcado la cultura barese en la Edad Media.
A diferencia de la Basílica de San Nicolás, la Catedral de San Sabino está menos concurrida de turistas, permitiendo una visita más tranquila y meditativa. El mosaico del pavimento es uno de los ejemplos más significativos de arte en Puglia, comparable solo a los de Otranto y Monte Sant'Angelo. La ubicación central de la catedral permite combinarla con un paseo por los callejones de Bari Vecchia, enriqueciendo aún más la experiencia.
La catedral, aunque es un monumento de primera importancia, recibe menos visitantes que la Basílica de San Nicolás, convirtiéndola en un lugar ideal para quienes buscan tranquilidad. Las horas de la mañana ofrecen una luz particular que realza los colores del rosetón y del mosaico del pavimento. Por la noche, especialmente en verano, la catedral iluminada crea una atmósfera sugestiva, perfecta para fotografías inolvidables.
Durante las funciones religiosas, en particular los domingos y festividades, el acceso turístico puede ser limitado, pero se tiene la oportunidad de asistir a los ritos en un contexto de gran espiritualidad. Para una visita completa, se recomienda prever al menos una hora, incluyendo la catedral, la cripta y el museo. Es importante respetar las normas de vestimenta, cubriendo hombros y rodillas, ya que se trata de un lugar de culto.
Por la mañana, entre las 10 y las 11, la luz filtra a través del rosetón, creando sugestivos juegos de color en el interior. No olviden pasear por la Piazza Mercantile y la Piazza Ferrarese, el corazón palpitante de la vida social barese. La Catedral de San Sabino es un lugar donde historia, arte y espiritualidad se fusionan, creando una experiencia que va más allá del simple turismo. Es un libro de piedra que narra siglos de historia pugliese a través del lenguaje universal de la belleza.