El Tren del Foliage entre Italia y Suiza

El Tren del Foliage ofrece un viaje entre colores otoñales y paisajes impresionantes.

El Tren del Foliage entre Italia y Suiza

¿De dónde parte el Tren del Foliage?

El Tren del Foliage parte de Domodossola, elegante ciudad piemontesa enclavada entre montañas, y llega hasta Locarno, en Suiza, a orillas del Lago Maggiore. La línea ferroviaria es la histórica de la Ferrovia Vigezzina-Centovalli, una obra maestra de ingeniería y belleza paisajística de aproximadamente 52 kilómetros.

Es posible comenzar el viaje desde uno de los dos terminales, eligiendo si partir de Italia o de Suiza. Quien llegue en camper o en coche puede dejar el vehículo en el aparcamiento público de Via Piave en Domodossola y subir a bordo del trenecito blanco y azul que, con su ritmo lento, acompaña a los viajeros entre bosques y valles.

¿Cuándo viajar en el Tren del Foliage?

El mejor período para vivir la experiencia del foliage en Piamonte va de mediados de octubre a mediados de noviembre, cuando la naturaleza viste su atuendo más espectacular. En 2025, los trenes especiales estarán activos del 11 de octubre al 16 de noviembre, con salidas diarias y posibilidad de paradas intermedias.

Cada viaje dura aproximadamente dos horas por trayecto, pero gracias al billete flexible de la Ferrovia Vigezzina-Centovalli es posible detener el viaje una vez, de ida o de vuelta, para visitar uno de los lugares a lo largo del recorrido.

¿Cómo funciona el billete del Tren del Foliage?

El billete del Tren del Foliage permite una parada intermedia a elección, tanto en territorio italiano como suizo. Se puede decidir bajar, por ejemplo, en Santa Maria Maggiore, visitar el pueblo y luego continuar hacia Locarno con otro tren el mismo día.

Es un formato pensado para los viajeros curiosos, para quienes aman explorar sin prisa, bajando y subiendo con total autonomía. Los billetes se pueden adquirir en línea en el sitio oficial de la Ferrovia Vigezzina-Centovalli y se recomienda reservar con antelación, ya que la iniciativa es muy solicitada, especialmente los fines de semana.

¿Qué ver en Domodossola antes de partir?

Domodossola es una ciudad refinada, rica en historia y encanto. Antes de subir al tren, vale la pena dedicar un poco de tiempo a descubrir su centro histórico. El corazón de la ciudad es Piazza Mercato, una de las plazas más bellas de Piamonte, rodeada de pórticos y palacios del siglo XV.

No te pierdas tampoco el Palacio San Francesco, hoy sede de los Museos Civicos, que alberga exposiciones de arte y colecciones históricas. Pasear por las callejuelas adoquinadas del centro ofrece una atmósfera de otros tiempos, con tiendas, cafés y pequeños comercios de productos típicos ossolanos como quesos, miel y embutidos de montaña.

¿Santa Maria Maggiore, la perla del Valle Vigezzo?

Una de las paradas más queridas a lo largo de la ruta italiana es Santa Maria Maggiore, un pueblo que parece salido de un cuento de hadas alpino. Sus casas de piedra, balcones floridos y techos de pizarra crean una atmósfera acogedora y auténtica.

Aquí se puede visitar el Museo del Espantapájaros, único en Italia, que cuenta la vida de los “pequeños de Vigezzo” que partieron a trabajar por toda Europa. No te pierdas tampoco la Casa del Perfume Feminis-Farina, dedicada a la historia del Agua de Colonia, nacida precisamente de dos emigrantes vigezzini.

Durante el otoño, las calles del pueblo se llenan de puestos, eventos y aromas de castañas, polenta y vino caliente. Es una parada ideal para sumergirse en la tradición piemontesa y tomar fotografías inolvidables del foliage que colorea los bosques circundantes.

¿Las paradas suizas:

Intragna, Verdasio y Ascona?

Superado el límite, la línea entra en el territorio suizo del Cantón de Ticino y ofrece otras paradas fascinantes. Intragna es un pequeño pueblo enclavado entre los valles, famoso por el campanario más alto de Ticino (65 metros) y por su Museo regional, que narra la vida de las comunidades montañesas.

Verdasio es el punto de partida de dos teleféricos panorámicos que conducen a los pueblos de Rasa y Monte Comino, desde donde se disfruta de una vista impresionante sobre los bosques de Centovalli. El billete del teleférico no está incluido en el pase ferroviario, pero se puede comprar directamente en el lugar.

Ascona, finalmente, se alcanza en pocos minutos en autobús desde Locarno: es un elegante pueblo a orillas del Lago Maggiore, famoso por su paseo marítimo florecido y por el gran columpio panorámico del proyecto Swing the World, muy querido por fotógrafos y viajeros.

¿Locarno, la ciudad del cine y de la elegancia?

Al llegar a Locarno, se es recibido por una atmósfera diferente, más mediterránea y luminosa. La ciudad, conocida en todo el mundo por su Festival de Cine, es perfecta para un paseo por el paseo marítimo del Lago Maggiore o para una visita a la Piazza Grande, corazón palpitante de la vida ciudadana.

En el centro histórico se encuentran boutiques, pastelerías y cafés donde degustar especialidades ticinesas como el pastel de pan o los quesos de montaña. Locarno también es el punto de partida para excursiones hacia el Santuario de la Madonna del Sasso, accesible mediante un teleférico panorámico que domina toda la ciudad.

¿Cuánto dura el viaje y cuánto cuesta?

El viaje completo de Domodossola a Locarno dura aproximadamente una hora y cincuenta minutos. El billete del Tren del Foliage incluye ida y vuelta en el mismo día y una parada intermedia. Los precios varían según la categoría y la temporada, pero generalmente rondan entre 35 y 45 euros por adulto, con descuentos para niños y familias.

Se recomienda consultar el sitio oficial de la Ferrovia Vigezzina-Centovalli para verificar horarios, tarifas y posibles ofertas especiales.

¿Cómo llegar al punto de partida?

Para quienes llegan desde Milán o el norte de Italia, la forma más cómoda es llegar a Locarno en tren, gracias a la conexión directa desde Milano Centrale que atraviesa la ribera lombarda del Lago Maggiore. Alternativamente, quienes partan desde Piamonte pueden optar por Domodossola, fácilmente accesible en coche o tren desde Turín y Novara.

¿Por qué elegir el Tren del Foliage?

El Tren del Foliage no es solo un viaje turístico, sino una experiencia emocional. Es la ocasión para ralentizar, mirar por la ventana y dejarse encantar por los colores del otoño, los aromas de los bosques y los paisajes que se abren curva tras curva.

Cada tramo de la Ferrovia Vigezzina-Centovalli es un descubrimiento: puentes colgantes entre los valles, viaductos atrevidos, pequeños pueblos donde el tiempo parece detenerse. Es un viaje perfecto para quienes aman la fotografía naturalista, para familias con niños o para parejas en busca de una experiencia romántica y relajante.

¿Un viaje entre Italia y Suiza, entre naturaleza y cultura?

El encanto del Tren del Foliage radica precisamente en su doble alma: italiana y suiza, montañosa y lacustre, cultural y natural. Es una puerta de acceso al corazón de los Alpes y, al mismo tiempo, una forma de redescubrir el placer del viaje lento, aquel que invita a observar y no a correr.

Desde el rojo de las hojas del Valle Vigezzo hasta el azul del Lago Maggiore, el Tren del Foliage narra el otoño con los colores más bellos de Europa, y cada ventana se convierte en un cuadro en movimiento.

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