El Laberinto de Conversano

El capitel medieval de Conversano, símbolo espiritual y artístico.

El Laberinto de Conversano

Paseando por Conversano, pequeña joya de la ciudad metropolitana de Bari en Puglia, a menudo te encuentras con detalles sorprendentes, esculpidos en piedra y en el tiempo. Uno de estos detalles es la imagen de un capitel medieval decorado con un motivo laberíntico, custodiado dentro del claustro del antiguo Monasterio de San Benito.

Este capitel es uno de los elementos más fascinantes del complejo monástico. El diseño esculpido representa un laberinto clásico, símbolo recurrente en el arte medieval. A diferencia del 'laberinto' entendido como una estructura en la que uno puede perderse, este tipo de laberinto tiene un solo camino posible: conduce, con calma y paciencia, al centro.

En la Edad Media, el laberinto tenía un significado espiritual. Era el símbolo del camino del alma hacia Dios, un recorrido tortuoso pero con un objetivo bien definido. En algunos casos, también se utilizaba para la meditación: los monjes podían 'recorrerlo' con la mirada o mentalmente, en un ejercicio de concentración y fe.

El claustro de San Benito, donde se encuentra este capitel, es uno de los lugares más sugestivos de Conversano. Es un lugar silencioso, encerrado entre muros antiguos, donde el tiempo parece haberse detenido. Caminar entre las columnas del claustro, observar los capiteles esculpidos con motivos geométricos, animales y símbolos religiosos, es una experiencia que merece la pena.

Conversano tiene orígenes muy antiguos. El primer núcleo urbano data de la época prerromana, cuando la ciudad se llamaba Norba. Después de la destrucción a manos de las invasiones bárbaras, el asentamiento resurgió en la Edad Media con el nombre de Cupersanum, de donde proviene el actual Conversano.

A lo largo de los siglos, Conversano se ha convertido en un centro importante desde el punto de vista religioso, político y cultural. Hoy conserva numerosas testimonios de su pasado, entre los que se encuentran el Castillo Aragonés, la Catedral románica y, por supuesto, el Monasterio de San Benito, que alberga el claustro con el laberinto.

La ciudad también es famosa por haber sido sede de una poderosa abadía femenina. Las abadesas del monasterio de San Benito, durante siglos, disfrutaron de privilegios raros, como la autoridad episcopal. Un hecho muy raro en el mundo eclesiástico.

Visitar Conversano significa entrar en un mundo donde la arquitectura románica, el arte sacro y las atmósferas medievales se mezclan con la vida cotidiana de una ciudad viva, cuidada y acogedora. Las piedras de sus calles, los patios escondidos, las logias y las iglesias cuentan historias antiguas a quienes saben observar.

El centro histórico de Conversano es compacto y fácilmente visitable a pie. Pasear por sus callejuelas significa descubrir rincones pintorescos, balcones florecidos, talleres artesanales y vistas sobre el campo pugliese.

Por la noche, la ciudad se anima con luces cálidas y voces. Los locales del centro ofrecen cocina tradicional pugliese: orecchiette, focaccias, lácteos y vinos del territorio, en una atmósfera relajada y auténtica.

Conversano se encuentra a pocos kilómetros de Polignano a Mare y de Monopoli, y es fácilmente accesible desde Bari. Es una parada ideal para quienes desean explorar la Puglia más auténtica, lejos de las rutas turísticas más concurridas, pero rica en historia, arte y belleza.

La foto del capitel con el laberinto no es solo un detalle artístico: es una clave para comprender el espíritu de Conversano. Una ciudad que invita a caminar lentamente, a perderse en sus detalles y a redescubrir un sentido de calma y profundidad en el corazón de Puglia.