El Helado Artesanal de Bari
El helado artesanal en Bari es una tradición que une calidad y convivialidad, con sabores únicos como Fior di Mandorla y Café Barese.

Cuando se habla de helado artesanal en Bari, se hace referencia a una tradición que tiene sus raíces en la cultura gastronómica pugliese. Cada verano, las heladerías de la ciudad se llenan de clientes, tanto locales como turistas, deseosos de saborear las delicias frescas y genuinas que solo un helado artesanal puede ofrecer. Las heladerías no son solo lugares donde comprar un dulce, sino verdaderos puntos de encuentro para familias y amigos, que se reúnen para compartir un momento de placer. Durante las cálidas noches de verano, el paseo marítimo y las plazas del centro se animan con personas que pasean con un cono en la mano, convirtiendo el helado en un símbolo de convivialidad y socialidad.
La calidad del helado barese es lo que lo hace único. Los heladeros locales utilizan ingredientes frescos y de alta calidad, como leche entera, fruta de temporada y, en particular, la almendra de Toritto, que confiere a los helados un sabor inconfundible. Esta variedad de almendra, cultivada en la provincia de Bari, es un verdadero tesoro gastronómico que enriquece los sabores tradicionales. Las heladerías históricas, como la Heladería Gentile, fundada en 1880, son un punto de referencia para los baresi. Su fama está ligada no solo a la calidad de los helados, sino también a su capacidad de mantener vivas las recetas tradicionales, como el famoso helado de almendra y el cremino, una mezcla de crema y gianduia.
Además de la Heladería Gentile, otras heladerías como Martinucci, Mokambo y Sandrino Gelato Artesanal han conquistado el corazón de los baresi con sus propuestas. Martinucci, aunque tiene orígenes salentinos, ha sabido adaptarse al gusto barese, ofreciendo helados de fruta frescos y un pistacho cremoso que ha hecho mella entre los clientes. Mokambo, con su ubicación en el paseo marítimo, es famosa por las brioche con helado, un imprescindible para quienes buscan un dulce más sustancioso. Sandrino, por su parte, es conocido por sus sabores innovadores, manteniendo siempre un vínculo con la tradición. Cada heladería tiene su propia especialidad, pero todas comparten el compromiso con la calidad y la frescura de los ingredientes.
Los sabores típicos del helado barese son otro aspecto a no descuidar. Entre las propuestas más apreciadas están el Fior di Mandorla, que representa la esencia de la pastelería pugliese, y el Higo Chumbo, un sabor veraniego que celebra la fruta local. El Vincotto, inspirado en el mosto cocido, es un sabor intenso que conquista los paladares más refinados, mientras que la combinación de Ricotta y Higos evoca los dulces tradicionales de la región. No se puede olvidar el Café Barese, que reproduce el fuerte café local, convirtiendo el helado en una experiencia multisensorial. Disfrutar de un helado paseando por las calles de Bari, entre el aroma del mar y la belleza de los callejones históricos, es una experiencia que enriquece la estancia en esta maravillosa ciudad costera.