El Col Bettaforca entre naturaleza y aventura

El Col Bettaforca es un destino imperdible para excursionistas y esquiadores.

El Col Bettaforca entre naturaleza y aventura

¿Dónde se encuentra el Col Bettaforca?

El Col Bettaforca es un paso alpino situado entre el Valle del Lys y el Val d’Ayas, en el corazón del macizo del Monte Rosa. Se encuentra a unos 2727 metros de altitud y representa uno de los puntos más panorámicos de los Alpes valdostanos. Desde aquí se disfruta de una vista espectacular sobre el glaciar del Lys, sobre las altas cumbres del grupo del Monte Rosa y sobre las montañas circundantes, que parecen tocar el cielo. Es un destino muy querido por los excursionistas en verano y por los esquiadores en invierno, gracias a su ubicación dentro del gran dominio del Monterosa Ski.

¿Cuál es el origen del nombre Bettaforca?

El topónimo “Bettaforca” proviene de la adaptación del término Battforko, una palabra del dialecto local titsch, hablado en los valles de Gressoney. En esta lengua de origen walser, Battforko significa “Paso de Batt”. El nombre atestigua las raíces lingüísticas y culturales de la población walser, que ha habitado estas montañas durante siglos y ha dejado una profunda huella en la toponimia y en las tradiciones locales.

¿Cómo se llega al Col Bettaforca?

El col se puede alcanzar tanto a pie como con los remontes. El punto de partida más común es Sant’Anna (2177 metros), sobre la localidad de Staffal, en el municipio de Gressoney-La-Trinité. Desde aquí parten varios senderos de excursión que suben hasta el col en aproximadamente 1 hora y media de caminata, atravesando pastizales, pedregales y panoramas cada vez más amplios. Quienes prefieren un enfoque más cómodo pueden combinar el teleférico de Staffal con el telesilla de Sant’Anna, que conduce directamente a Bettaforca. En verano, la subida en telesilla permite disfrutar del paisaje sin esfuerzo, mientras que en invierno es el punto de conexión para los esquiadores que se trasladan entre los lados de Gressoney y Champoluc.

¿Qué se encuentra en altura, en el Col Bettaforca?

A la llegada, entre los dos valles, se encuentra el Bar-Ristoro 2727 Bettaforca, un punto de descanso panorámico perfecto para una pausa regenerante. El local está abierto durante la temporada de verano y en los períodos de funcionamiento de los remontes. Desde la terraza del bar se puede admirar una vista impresionante sobre el glaciar del Lys, sobre los tres mil y los cuatro mil del Monte Rosa, y sobre las laderas que descienden hacia el Val d’Ayas. Aquí es posible degustar platos calientes, dulces caseros, bebidas y especialidades locales, todo inmerso en un panorama de postal.

¿Por qué el Col Bettaforca es tan apreciado por los excursionistas?

Porque ofrece uno de los panoramas más grandiosos del Monte Rosa, pero sin requerir una dificultad técnica excesiva. La subida desde Sant’Anna es relativamente corta y bien señalizada, y el desnivel de aproximadamente 550 metros es accesible para muchos. A lo largo del recorrido se atraviesan alpeajes y pastizales alpinos, donde no es raro avistar marmotas y rebecos. Al llegar a la cima, el espectáculo es indescriptible: el glaciar del Lys se extiende ante los ojos como una vasta superficie de hielo y luz, y al fondo se distinguen las majestuosas cumbres del Castore (4228 m) y del Polluce (4092 m).

¿Qué representa el Col Bettaforca para los alpinistas del Monte Rosa?

El Col Bettaforca es un punto de paso fundamental para quienes se aventuran por las altas rutas del Monte Rosa. Desde aquí parte la vía normal al Castore, una de las cumbres más conocidas del grupo, que se alcanza con un itinerario de alpinismo sobre glaciar, reservado para excursionistas experimentados y bien equipados. Muchos alpinistas eligen pernoctar en el Refugio Quintino Sella (3585 m), alcanzable en aproximadamente 3 horas y media desde el col, antes de afrontar la subida final. Bettaforca es, por lo tanto, una puerta de acceso privilegiada al mundo de la alta montaña, donde el encanto de las grandes montañas se mezcla con el silencio y la majestuosidad de los glaciares eternos.

¿Cómo es el panorama desde el Col Bettaforca?

El panorama es uno de los más bellos de Valle de Aosta. Al norte se abre la vista sobre el glaciar del Lys, mientras que hacia el sur se admiran los valles verdes que descienden hacia Champoluc y Antagnod. En días despejados también se pueden ver las cumbres lejanas del Gran Paradiso y del Monte Cervino. El amanecer y el atardecer regalan momentos de pura magia: los glaciares se tiñen de rosa y oro, y el silencio de las montañas amplifica la sensación de estar suspendido entre el cielo y la tierra.

¿Qué actividades se pueden hacer en el Col Bettaforca?

Durante el verano, Bettaforca es un destino perfecto para excursiones, trekking panorámicos y fotografía de naturaleza. Muchos visitantes suben hasta el col para disfrutar simplemente del panorama o para continuar hacia el Colle Bettafossa, Lago Ciarcerio o el Refugio Quintino Sella. En invierno, en cambio, el col se convierte en un punto estratégico para los esquiadores del Monterosa Ski, uno de los dominios más extensos de los Alpes. Gracias a la red de pistas y remontes, es posible moverse entre los tres valles del circuito – Gressoney, Champoluc y Alagna – viviendo la emoción única de esquiar a los pies del Monte Rosa.

¿Por qué visitar el Col Bettaforca aunque no se sea alpinista?

Porque es un lugar que une accesibilidad y grandiosidad. Incluso quienes no practican deportes de montaña pueden subir con los remontes y vivir la experiencia de encontrarse entre dos valles alpinos, respirando aire puro y disfrutando de una de las vistas más sugestivas de los Alpes occidentales. El Col Bettaforca es un destino ideal para quienes aman la naturaleza, la fotografía, la tranquilidad y los paisajes de alta montaña. Es un lugar que cuenta la montaña en todas sus formas: salvaje, acogedora y siempre fascinante.

¿Cuándo visitar el Col Bettaforca?

El mejor período para visitarlo va de junio a septiembre, cuando los senderos están libres de nieve y los remontes están en funcionamiento. En invierno, de diciembre a abril, el col se transforma en un paraíso para los esquiadores y para quienes aman la montaña nevada. En cada estación, Bettaforca regala emociones diferentes: colores veraniegos, luz otoñal, nieve invernal y flores primaverales. Quien llega hasta aquí lleva consigo un recuerdo imborrable, el de un panorama que no tiene igual en el corazón de los Alpes.

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