Ecomuseo de Fontainemore un viaje en la tradición valdostana

El Ecomuseo de Fontainemore es una experiencia única en la tradición valdostana.

Ecomuseo de Fontainemore un viaje en la tradición valdostana

¿Qué es un ecomuseo y por qué visitarlo en Valle de Aosta?

Un ecomuseo es un museo distribuido en el territorio, un lugar donde la memoria y la cultura local cobran vida entre las casas, los senderos y los objetos cotidianos. En Valle de Aosta, los ecomuseos están diseminados a lo largo de toda la cordillera alpina y representan un puente entre diferentes generaciones. Permiten comprender mejor la estrecha relación entre el hombre y el medio ambiente que ha moldeado la vida en la montaña durante siglos.

¿Dónde se encuentra el Ecomuseo de Fontainemore?

El Ecomuseo de Fontainemore se encuentra en la localidad de Pra Dou Sas, un pequeño pueblo agropecuario en el corazón del Valle del Lys. El pueblo ha sido restaurado con gran atención, transformándose en un lugar de memoria viva donde el tiempo parece haberse detenido. Pasear entre las casas de piedra y madera significa sumergirse en la cotidianidad de los montañeses de principios del siglo XX.

¿Qué se puede ver dentro del Ecomuseo de Media Montagna?

Dentro del ecomuseo se pueden admirar herramientas y objetos de uso cotidiano, expuestos con cuidado para contar la vida simple y laboriosa de antaño. Cada habitación, cada objeto, cada detalle habla de una época en la que la ingenio y la colaboración eran fundamentales para sobrevivir en un entorno montañoso a menudo hostil.

¿Cómo era la casa tradicional valdostana de montaña?

La casa de mampostería de piedra era un refugio acogedor y funcional. En el piso superior se encontraba la habitación principal, calentada por una estufa de hierro fundido llamada o pelio. Era el corazón de la vida doméstica: aquí se comía, se dormía, se cuidaba la higiene y se criaban los niños.

¿Por qué las casas tenían techos bajos y paredes de madera?

Las viviendas de montaña se construían con techos bajos para retener el calor y reducir el consumo de leña. Las paredes interiores estaban revestidas de madera, lo que contribuía a hacer el ambiente más cálido y acogedor, creando un refugio confortable durante los largos inviernos alpinos.

¿Cómo eran las camas y los tejidos de la tradición valdostana?

Las camas tenían colchones rellenos de paja y hojas secas, mientras que las sábanas eran de cáñamo, un material resistente y natural. Las mantas, en cambio, estaban hechas de drap, un tejido rústico y áspero obtenido de la lana de oveja. Este tejido era cálido y duradero, perfecto para enfrentar las frías noches de montaña.

¿Quién se encargaba del procesamiento de la lana?

Las mujeres eran protagonistas de la vida doméstica y artesanal. Entre las paredes de casa se dedicaban al cardado y al hilado de la lana, transformándola en hilos para ropa y tejidos. Era un trabajo arduo pero indispensable, que garantizaba ropa para toda la familia y representaba un pequeño apoyo económico indirecto.

¿Cómo estaba organizada la habitación del hogar, llamada "A masoun"?

La habitación del hogar, llamada a masoun, estaba ennegrecida por el humo pero llena de vida. Antes de la llegada de las estufas modernas, la chimenea era el centro de la casa: servía para cocinar, calentar y producir mantequilla, quesos y otros derivados de la leche. Alrededor del fuego se reunía la familia, contando historias y compartiendo momentos de cotidianidad.

¿Dónde se mantenían los animales durante el invierno?

Los animales descansaban en el establo, situado en el piso inferior de la casa. Su presencia no solo garantizaba leche, carne y estiércol, sino que también contribuía a calentar naturalmente el piso habitado. El calor animal se difundía hacia arriba, mejorando el confort térmico de las habitaciones.

¿Cómo se conservaban las provisiones alimentarias?

Junto a la casa se encontraba el granero de madera y piedra, donde se conservaban los granos a salvo de la humedad y de los roedores. Aquí se almacenaban trigo, centeno, cebada, arroz y castañas en grandes cajas de madera llamadas arche. En sacos de tela, en cambio, se guardaban la harina de maíz, las semillas y las legumbres.

¿Para qué servía la bodega y qué se conservaba allí?

Bajo el suelo de madera de alerce se encontraba un semisótano de piedra, destinado a bodega. Este ambiente, fresco y seco, era perfecto para conservar quesos, verduras y otros alimentos. Era una especie de frigorífico natural que aseguraba la supervivencia durante los meses invernales.

¿Por qué es tan importante el Ecomuseo de Fontainemore para los turistas?

Visitar el Ecomuseo de Fontainemore significa vivir una experiencia auténtica, alejada de los caminos turísticos más concurridos. El visitante no se limita a observar, sino que realmente entra en la historia, tocando con las manos la realidad de quienes habitaban estas montañas. Es una oportunidad única para entender cuán fuerte era el vínculo entre el hombre y la naturaleza.

¿Se pueden visitar otros ecomuseos en Valle de Aosta?

Sí, Valle de Aosta está llena de ecomuseos distribuidos en diferentes valles alpinos. Cada uno cuenta una historia diferente, pero todos comparten un objetivo común: preservar la memoria y transmitir las tradiciones locales. Visitar más ecomuseos permite descubrir la variedad cultural y ambiental de la región.

¿Cuál es el mejor momento para visitar Fontainemore y su ecomuseo?

El período ideal para visitar Fontainemore es la primavera o el verano, cuando los senderos son transitables y la naturaleza explota en colores. Sin embargo, también en otoño, el pueblo ofrece atmósferas sugestivas entre bosques de castaños y antiguos aromas de leña y pan recién horneado.

¿Cómo llegar al Ecomuseo de Fontainemore?

Fontainemore se encuentra a pocos kilómetros de Gressoney-Saint-Jean y es fácilmente accesible desde Aosta en coche o autobús. La carretera panorámica que asciende por el valle es ya en sí un viaje, con vistas impresionantes del río Lys y de las montañas circundantes. Al aparcar cerca del pueblo, es posible continuar a pie para disfrutar plenamente del encanto del lugar.

¿Cómo se llega al Ecomuseo de Fontainemore en coche o a pie?

El Ecomuseo de Fontainemore es accesible en coche tomando la Strada Regionale 44 del Valle del Lys. Desde Aosta se tarda aproximadamente 45 minutos siguiendo la dirección hacia Pont-Saint-Martin y luego ascendiendo hacia Gressoney. Una vez que se llega al centro de Fontainemore, se encuentran estacionamientos señalizados cerca de la iglesia parroquial y al inicio del sendero que lleva a la localidad de Pra Dou Sas. Para quienes prefieren llegar a pie, desde el pueblo parte un cómodo sendero señalizado que asciende suavemente hasta el pueblo del ecomuseo. El recorrido es corto, de aproximadamente 20 minutos, y atraviesa un paisaje encantador entre prados, muros de piedra seca y bosques de castaños, ofreciendo vistas panorámicas del valle y del torrente Lys.

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